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ANTE EL CLAMOROSO SILENCIO COLEGIAL

Publicado el 19 de Junio del 2007

     Ayer publicaba el BOE una nueva cornada de la DGN a la legalidad. Parece que desde la DGN se pretende (de)construir “el vigente sistema de seguridad jurídica preventiva”, tejiendolo a cornadas en vez de asegurarlo con pespuntes.

     

     Esta vez tocaba la presentación telémática, el ojito derecho del encargado del ramo, cuyo entendimiento por algunos como un ladrillo en la construcción de la casa común, ya provocó una asamblea extraordinaria, a cuyo pesar, y con pasmosa y perseverante parsimonia, se ha ido en estos últimos tiempos reconduciendo la situación al mismo y preciso lugar, pues la cabra suele tirar al monte sin atender a razones.

     

     Pero resulta que la DGN, no contenta con habernos llevado a su terreno sin tener que mojarse en el desarrollo reglamentario legalmente previsto, acaba de tirar por tierra el castillo de naipes construido por el SSI a expensas de una mezcla de ignorancia y desidia generalizada. Y es que esta DGN no respeta ni siquiera a aquellos de entre nosotros que más cerca se encuentran de ella.

     

     Aceptados los planteamientos del notariado y las exigencias de la DGN (si es que tan fraternales discursos pueden distinguirse uno-a de otro), se ha querido poner en funcionamiento generalizado un sistema completo, sin norma legal que lo imponga, sin acuerdo del órgano competente -la Asamblea de Decanos-, sin esperar el imprescindible desarrollo reglamentario, todo ello debido al calentón del Vocal ante el Ministro que le lleva a prometer lo que no le incumbe.

     

     Y en consecuencia se articula, sin previa meditación o estudio, sin comunicación colegial alguna de por medio, sin mediar explicación o comentario, por un sistema de hechos consumados y simples pero crípticos manuales de usuario, un sistema inflexible, inmisericorde con la realidad, que no permite cumplir al registrador con las normas de prioridad registral, ni con la Ley de firma electrónica, que le obliga a asumir responsabilidad por la consulta de los certificados notariales empleados, por el sistema de sellados de tiempo, por lo coincidencia de la copia en papel con la previa copia electrónica, que consolida y apoya el sistema notarial de monopolio de gestión, y que sienta las bases para la destrucción de las oficinas liquidadoras. Una prenda en suma.

     

     Afortunadamente la DGN nos recuerda que el sistema que realmente les gustaría a ambos es aún peor, y ello nos da la ocasión de pedir a gritos, con toda la fuerza de la razón y la evidencia, que se desconecte este engendro mal concebido, que se estudie sin prejuicios y con independencia la manera correcta y legal de hacer las cosas, y que después de probado, si es el caso, se instale lo que se deba. Los experimentos siempre con gaseosa.

     

     Coincide en el tiempo este suceso con el intento infructuoso, por ahora, de cambiar el orden del día de la próxima asamblea de decanos, para incluir, precisamente, una comisión independiente de control y auditoría de Experior, pretensión a la que el secretario, del que hay otros asuntos importantes que habrá que comentar proximamente si él mismo no conjuga un verbo que ponga a ello remedio, de momento se niega, y el vocal de ramo, quizás para minimizar lo que pueda suceder, se apresura a convocar una comisión de compañeros suficientemente proclives que se ocupe de la cosa. A buenas horas mangas verdes. Todas esas maravillosas intenciones de dejar al aire salva sea la parte del colectivo hermano, mientras nuestras oficinas cumplían como tropas legionarias sus enrevesados caprichos, han quedado tumbados por la resolución de la DGN, que le recuerda, nos recuerda a todos, el fútil y vacuo empeño de contentar a quien sólo pretende, interesadamente, hacerte desaparecer.

     

     Y para terminar de cerrar el dies horribilis del gran legitimador, nuestro vocal estrella, los seguidores de una de nuestras criaturas preferidas, la certificación del derecho, son amenazados de expediente, de costa a costa, y hasta en las lejanas islas.

     

     ¿Llegará el expediente hasta su propia puerta, o se detendrá a las puertas del vecino?

     

     Esta certificación del derecho, nacida en el Congreso de Santiago de Compostela y que dice ser asumida por el vocal del ramo, con toda la pasividad propia y ajena que hace a éste como a los demás casos, tenía entre otras vocaciones la de su posible uso a efectos de liquidación del impuesto, pero la improvisación, la falta absoluta de diálogo al respecto con las autoridades autonómicas y, tal vez, el permanente desacuerdo interno entre los responsables de las áreas afectadas en nuestra siempre sorprendente y poco recurrente junta, ha provocado que sea ya imposible dicho uso, habiéndose recibido instrucciones en las liquidadoras en tal sentido.






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