Editorial

LO QUE NO QUEREMOS PARA EL CUERPO DE REGISTRADORES

Publicado el 17 de Diciembre del 2013

     Inauguramos con esta entrada una nueva etapa de ARBO porque estamos convencidos de la necesidad de debatir entre nosotros, con voz clara, la defensa y el futuro de nuestra función a través de su imprescindible reforma. No tiene sentido permanecer en la complaciente admiración de tantas supuestas glorias del pasado, en un quietismo casi religioso que busca exclusivamente conservar el presente estado de cosas, como si lo que hay se tradujera en verdades inamovibles expresadas en la vieja de que cualquier tiempo pasado fue mejor y, en formulación corporativa, Zaragoza fuese el tarro exquisito de las esencias inmarcesibles del Registro.

     

     Obviamente no somos el centro del universo y, en tiempos de crisis, o nos reformamos o se nos reforma. No nos parece aceptable que a esa necesidad social y a las peticiones del Gobierno pueda responderse siempre con el NO: un NO a la informatización de nuestros archivos que supere la superstición del papel; un rotundo NO al Registro Civil y a asumir modernas competencias que puedan “contaminar” las ancestrales; un triple NO a cualquier diseño funcional y territorial que no parta del respeto casi reverencial al registro unipersonal como único módulo de referencia de la lógica registral. Que de la reforma, de cualquier reforma, vienen todos los males: desaparece la independencia, peligra el sostenimiento económicamente eficiente de las oficinas, la calificación se degrada, la Agencia Registral- ese monstruo que acecha en cada esquina, en cada página del BOE- asoma sus poderosas garras, la fe pública del registro se envilece y, en fin, quedamos esclavos de intereses bastardos.

     

     No nos oponemos a la política de la coalición que gestiona el gobierno de nuestra corporación porque la ignoramos. Más allá de intentar oponerse a las reformas, solamente conocemos que la guía de nuestros vocales es la defensa de los principios fundamentales de Zaragoza, que han prometido defender… aunque la Ley diga otra cosa. Lejos de los vientos de reforma contenidos en aquellos informes de 2008, elaborados con la espada de Damocles de la famosa Hoja de Ruta por los mismos que ahora se escandalizan, la radical oposición al Borrador de Reforma Integral de 2012 ha trocado, para nuestra desgracia, lo que era una posición táctica, (rechazo del programa de la DG) y luego electoralista, en un callejón sin salida, que concilia posiciones antes radicalmente divergentes en torno a un NO a reformarse; una posición, eso si, suficiente para ganar unas elecciones con algunas decenas de votos de ventaja, pero incapaz de ilusionar a los colegiados –nunca un programa puramente negativo tiene esta virtud-; de inflexible rudeza con los discrepantes y que nos coloca ante a la inane imposibilidad de progresar y mejorar. Tanto es así que quienes antes defendían la cooperación institucional y el respeto a la superioridad jerárquica- y eran tiempos recios aquellos- ahora se contentan con formular una política a corto plazo de resistencia pasiva a toda reforma y rebelde a un Ministerio y a un Gobierno a quien se tiene por enemigo, si no peor… en espera de que cambie el centro directivo seguramente a mejor. Solamente se concede que habrá que contemplar la solución a la prehorizontalidad y acaso rehabilitar el crédito refaccionario. Que trabaje el SSI haciendo lo de siempre sin miedo al gasto y aunque el Gobierno haya dicho claramente que el análisis, desarrollo e implantación de los nuevos programas queda reservada al Estado como una actuación de relevante interés estratégico nacional. Mientras tanto, rehabilitamos la institución de la cesantía, recontratamos como gerente a quien fue despedido del SSI para que gaste lo que antes se ahorró en desarrollos que no podrán implantarse y para que cambie radicalmente el programa GEOBASEWEB por otro que permita instrumentalizar un Temple renovado, con gestión imposible a la vista de la reforma de la legislación catastral … y a resistir hasta que pasen dos años.

     

     No queremos eso para el Cuerpo.

     

     

     

     

     

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