Quienes Somos

      La Asociación de Registradores Bienvenido Oliver pretende ser el lugar de encuentro científico de una moderna comprensión de la función registral. No tenemos otra vocación: ni constituimos una suerte de "lobby" de opinión con aspiraciones políticas o partidistas ni pretendemos sustituir a los órganos colegiados de gobierno de nuestra corporación, a quienes desde aquí deseamos los mayores éxitos y además ofrecemos, sería innecesario decirlo, toda nuestra lealtad institucional. Dicho lo cual, es inevitable admitir que nos asociamos para algo más que para socializar: queremos que nuestra Asociación pueda servir de vehículo de una determinada sensibilidad profesional , representada ahora por pocos o muchos, de suerte que a través d ella acertemos a expresar y defender una forma de vivir y de entender el servicio público registral.

      Bien puede decirse que esta ambiciosa iniciativa que ahora inauguramos con ilusión, está llamada a cubrir , quizás, un vacío corporativo y profesional. En cierto modo, se trata de brindar ilusión y de vencer algunas de esas inercias institucionales que tienen al Cuerpo de Registradores anquilosado entre la inerte complacencia de los "optimistas hipotecarios" y el fatalismo de los demás. Lo que impide a unos y a otros, incluso a los mejor dispuestos y a los más informados, a atender pronta y eficazmente las nuevas exigencias y demandas sociales que nuestra profesión confronta. Unos requerimientos de mejora y profundización de la seguridad jurídica-registral que , tal vez, la sociedad en su conjunto ,y sus representantes políticos, son incapaces todavía de formular o que formulan de una manera incoherente o imperfecta.

      Nuestro discurso quiere ser tan distante de la confrontación con otras profesiones como alejado del ingenuo fusionismo. No creemos en eso que ha dado en llamarse la "seguridad jurídica preventiva" en cuya arquitectura imaginaria algunos ingenuamente creen sin quizás demasiada reflexión y en cuyo "panorama escénico" vendríamos a desempeñar no se sabe bien qué papel de basamento o columna vertebral; como si nuestra función necesitara de muletas para subsistir. No sólo porque el citado constructo doctrinal-instrumento interesado de ciertas propuestas poco meditadas- adolece de una pasmosa ambigüedad y falta de contornos precisos (¿qué funcionario o particular no actúa como ministro de ese valor esencial de nuestra constitución que es la seguridad jurídica?; ¿en qué se parecen sus funciones?; ¿qué es lo preventivo?…) sino porque ,en definitiva, no renunciamos a explicar nuestra función de una manera autónoma sin necesidad de recurrir a ajenos referentes. El registro es con independencia de la tecnología documental o el circuito que permite que los títulos accedan a nuestras oficinas.

      Ni nos definimos negativamente por lo que otros hacen o aspiran a hacer ni estamos por un entendimiento "patriarcal" de la función como querían nuestros clásicos. Comprendemos y queremos explicarnos en la singular autonomía de la función registral y en su fundamentación jurídica y económica-organizativa particular.

      Porque no nos resignamos a que la función registral, su estatuto y contenido, sea redefinida por otros, sin ser oídos, al albur de las modas o de la improvisación política del momento, queremos estar en la mejor de las disposiciones para ser un verdadero vivero de ideas. Ningún aspecto de la seguridad jurídica nos es ajeno: nos incumbe tanto el análisis del aspecto doméstico , estatal y autonómico, de la función registral, como en el aspecto internacional de la misma (la función registral está necesitada de una comprensión internacionalista que reclama un mundo globalizado) y, también, la función liquidadora que tan olvidada tenemos. Nos preocuparemos de estudiar la función que orgullosamente servimos tanto en su vertiente "material" o sustantiva como también en la práctica (con especial atención a las nuevas tecnologías aplicadas al registro).

      En definitiva, la materia primera y última de nuestras reflexiones será la mejora de la seguridad jurídica en su integridad –registros de personas y de bienes- en su forma más plena y perfecta: la del "Registro de Derechos". A este propósito , pretendemos que se mida la bondad de nuestras propuestas por los resultados que su implementación pueda producir y estos resultados, a su vez, deberán ser medidos exclusivamente, en relación con la promoción y mejora del servicio público.

      Nuestro estatuto profesional –cuya singularidad en Derecho comparado es menor que la que estamos acostumbrados imaginar- sólo se justifica por la función a cuya servicio está y la función que desempeñamos no es una suerte de derecho adquirido cuya preservación incólume nos compete en la prístina definición heredada de los tratados hipotecarios … y de nuestros mayores. Como el santo laico de nuestra invocación asociativa no pretendemos ser simplemente "conservadores" … de hipotecas o de lo que sea –como nuestros colegas franceses- ni de nada que no merezca conservarse.

      Rechazamos la concepción del registro como una suerte de privilegio que se gana una vez por oposición y se conserva toda la vida. Que no se nos pida por ello renunciar a la audacia intelectual que nos llevará a cuestionarnos la justificación de lo que hacemos y de lo que dejamos de hacer o perdemos la ocasión de hacer. Hacen falta espacios para la discusión y éste aspira ser uno de ellos.

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